lunes, 25 de abril de 2011

Celendin - una preciosa ciudad.

Hace poco más de medio año visite Celendín. Una muy hermosa ciudad andina. Lamentablemente, la "modernidad" empieza a afectarla y si no se toman las medidas necesarias, puede terminar siendo tan horrible como Juliaca, Cerro de Pasco y La Oroya. Y ojo que no me refiero a los problemas de la minería (que en este caso proporciona una gran oportunidad de desarrollo) sino a un crecimiento urbano desordenado, a la destrucción de la infraestructura tradicional, de hermosas casonas coloniales y republicanas, algunas de las cuales van siendo reemplazadas por horribles estructuras de material noble.



Celendín se encuentra al medio de un paraje andino realmente paradisiaco, de buen clima, y hermoso cielo. La gente es muy amable y conversadora, las shilicas son hermosas. La comida, sin nada muy espectacular es sabrosa y variada. Tiene una excelente oferta de hospedajes y restaurantes. Hay más de uno orientado específicamente a turistas, que empiezan a llegar a la ciudad, en número aún reducido, pero que estoy seguro seguirá incrementándose.



Alrededor de Celendín hay sitios muy interesantes como por ejemplo el pueblo de José Galvez (uno de los más lindos que he visitado en mi vida, un poco más y me quedo para siempre) y Sucre. Ambos a menos de 30 minutos desde Celendín, con movilidad frecuente. Los dos ubicados en una pradera andina, con grandes fincas ganaderas. Creo que con un gran potencial turistico. Otro atractivo de primer orden es la bajada al Marañon. Desde Celendín se sube aproximadamente 30 minutos y luego una bajada de más de 2 horas. Desde más de 3,500 metros hasta menos de 1,000 metros. Es un tramo sumamente interesante, con vistas espectaculares. Hasta donde tengo entendido muchos turistas (extranjeros) lo hacen en bicicleta, lo que debe ser muy emocionante.



Celendín se encuentra ubicada en la ruta entre Cajamarca y Chachapoyas y Kuelap. Creo que con un buen trabajo de los responsables turisticos de la región y de los empresarios privados, se puede articular una excelente ruta turística, que abarque, sierra y selva alta, teniendo como ejes Cajamarca y Kuelap.



El principal producto para "comprar" en Celendín son los sombreros de paja. De una alta calidad, que en el pueblo se pueden encontrar a un precio bastante razonable.



A poco más de una hora, en Llanguat, hay unos baños termales, relativamente bien implementados. Creo que es otro atractivo aun subutilizado.



Estuve como cuatro días en Celendín y sus alrededores. Me atrajeron muchas cosas, por el ejemplo el chocolate shilico (hecho por unas emprendedoras con apoyo de Care Perú), uno de los mejores chocolates de taza que he probado. El bar Orange, muy acogedor, perfecto para mis gustos. La encantadora plaza de armas. La feria dominical. La gente, por sobre todo la gente, super conversadora y amable.



Bien vale la pena pasarse unos días por Celendín, ciudad acogedora y emprendedora.

jueves, 21 de abril de 2011

Paucará - Capital de la Papa en Huancavelica





Paucará es uno de los pueblos más emprendedores de Huancavelica. En pocos años ha multiplicado su número de habitantes, habiéndose consolidado como un importante enclave comercial.



He visitado Paucará dos veces, ambas por trabajo. La primera vez estuve medio día en el pueblo. La segunda vez, me hospede en Acobamba (una linda ciudad andina) y lo visite un sábado por la mañana y un domingo completo, el día de feria.



Paucará no tiene un pasado colonial o repúblicano importante, todo lo contrario, es una ciudad de muy creciente expansión. En tal sentido no hay una iglesia o convento o casona colonial para destacar. Es un pueblo moderno, con una incipiente infraestructura pública (plazas y parques, colegios, "palacio municipal", hospital).



Junto a Paucará hay un pequeño cerro. Sobre el mismo hay una capilla. Se utiliza como mirador. Es, al menos para alguien como yo, retador ascender. Hay una muy bella vista altoandina desde la cumbre. Vale la pena el esfuerzo. Desde alli se pueden divisar varias zonas que podrían catalogarse como "bosques de piedra".



Durante la última visita recorrimos varios caminos circundantes a Paucará y tuvimos la oportunidad de recorrer los "bosques de piedra". Es un paisaje altoandino muy bonito. Paucará es una de las autodenominadas "capital papera", cuando estuvimos coincidimos con la época de cosecha, los campos estaban llenos de gente en la misma.



Un aspecto resaltante de la vida en la ciudad lo constituye la feria dominical. Es realmente impresionante la cantidad de comerciantes y de gente que acude a la misma. Más de un centenar de camiones, comerciantes que llegan desde Huancayo, Huancavelica, Lima, Huanta y otros sitios. Miles de personas comprando y vendiendo. Desde pilas hasta reproductores de DVD's y televisores LCD. Hasta donde pude conocer, es la feria más grande de Huancavelica.



Para comer, recomiendo el cuy, muy sabroso. Hay diversos hospedajes y restaurantes en el pueblo, que cuenta con todos los servicios básicos. La forma más fácil de llegar, en auto colectivo, desde Huancavelica, el servicio es frecuente, a S/. 20 por unas 3 horas de viaje.

lunes, 18 de abril de 2011

Puerto Bermúdez - El amanecer perfecto


Hace más de 10 años tuve la suerte de visitar Puerto Bermudez. Por aquellos años, llegar hasta este pueblo era muy complicado. Partimos desde La Merced, en una camioneta 4x4, con un excelente piloto de trocha selvática. A pesar de ello, nos demoramos más de 8 horas en llegar.


La ruta es espectacular. Lo mejor, el último tramo, llegando a Puerto Bermúdez. Dejas la selva alta y en un momento se abre la selva baja en una forma impresionante. Verde hasta donde la vista puede llegar. Un paisaje hermoso y sobrecogedor. Ojalá se haya mantenido esa cobertura vegetal, la cual es realmente hermosa.


Puerto Bermúdez era un pueblo muy chico. De unas 200 ó 300 viviendas. Muy acogedor, con gente muy amable. Los pobladores de todo tipo, desde descendientes de inmigrantes tiroleses hasta nativos.



El pueblo se encuentra ubicado en la orilla del río Pichis. Nos alojamos en un pequeño hospedaje junto al río, con una terraza sobre el mismo. El mejor amanecer de mi vida lo disfrute en Puerto Bermudez. Desde la terraza del hotel, el sol saliendo sobre la selva verde, el río a los pies, fue una experiencia realmente muy hermosa.


En Puerto Bermúdez encontramos un pequeño puesto de comida, regentado por una cocinera norteña (ya no recuerdo si chiclayana o piurana). Tenía una sazón espectacular. Los 2 días que estuvimos en el pueblo nos volvimos devotos de su comida.


Ojalá pueda volver algún día, para desenchufarme de la carga cotidiana del mundo moderno.

Para olvidarse del mundo y ser feliz en lo sencillo y auténticamente rural, Puerto Bermúdez es un destino ideal. Lo difícil del acceso lo hace todavía, y seguro por mucho tiempo, un paraíso escondido.

domingo, 17 de abril de 2011

Yo.

Tengo 36 años. En pocos meses 37. Los últimos 10 años he tenido la oportunidad de viajar frecuentemente por todo el país. Conozco 24 de las 25 regiones, quedándome pendiente solamente Madre de Dios. He recorrido muchas ciudades y cientos de pequeños pueblos. He visitado más de 120 de las 195 provincias del país y probablemente más de 600 distritos. He conocido pueblos altoandinos, comunidades de sierra y de selva. También pequeños pueblos agrícolas de costa. Todos los sitios que he visitado tienen su encanto y siempre algo digno de rescatar. También me he divertido mucho en grandes ciudades como Arequipa y Trujillo y en pequeñas como Moquegua y Palpa. Tengo un máster concluido en dirección y consultoría turística. Por ser un negado para los idiomas, difícilmente conseguiré empleo en este rubro. Seguiré con las aburridas finanzas. Destino que le dicen. Pero, aquí podre comentar mis experiencias y preferencias. Soy un poco extraño, de gustos retorcidos. Por allí no muy compatible con el turista común y silvestre. De hecho, hay que considerar que casi siempre viajo por trabajo. Lo que al final es bueno, porque tengo que aprovechar al máximo el poco tiempo que me queda disponible (y mejor si es con dinero de viáticos.