En lo personal, me encanta el Cusco colonial, creo que es una joya. En el Cusco colonial, el Circuito Religioso es uno de los mayores atractivos.
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Catedral de Cusco, un monumento a la magnificencia colonial, recargada de obras de arte de incalculable valor, impresiona e impacta; Junto a la Plaza de Armas es un conjunto arquitectónico que debería llenarnos a todos los peruanos de orgullo ¿Cómo un país que tiene semejante lujo puede considerarse pobre?
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Iglesia y Convento de La Merced, la iglesia, preciosa y solemne, es opacada por la Catedral y la Iglesia de la Compañía. Sin embargo, he descubierto recientemente el Convento, me quede con la boca abierta, me vuelvo a preguntar ¿somos un país pobre? Aunque todo es deslumbrante en el convento, para mi gusto, lo más resaltante es La Custodia, una maravilla de la orfebrería colonial, realmente imperdible.
Iglesia de San Blas, como dicen los cusqueños, el Púlpito de San Blas es filigrana en cedro, una obra maestra del arte colonial, impresionante por donde se le mire.
Convento de Santa Catalina de Sena, recientemente puesto en valor, nos da muestra como era la vida en un convento durante la colonia, un muy bello recinto que nos lleva a otra época.
Palacio Arzobispal, el lujo hecho arte; en una de las paredes laterales esta la famosa piedra de los 12 ángulos, casi todos los turistas se conforman con visitarla, creo que bien vale la pena hacer una visita al Palacio, hay algunos cientos de obras de arte colonial que son una clara muestra del esplendor del Cusco colonial.
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